jueves, 7 de octubre de 2010

58 años ininterrumpidos

lleva ya la gran obra de Agatha Christie, La ratonera (The mousetrap) interpretándose. Él tópico es muy similar a otros relatos de Christie, como en "Diez negritos"; Ocho personas se encuentran atrapadas en una mansión Monkswell Manor, a una de ellas le espera un destino terrible, y el asesino está casa...


Sí, que ahora os hable de esto os sonará un poco a cuenton chino, pero es que este último fin de semana, mi familia y yo estuvimos en la capital española, Madrid. Fue improvisado, pero íbamos dando un paseo por el centro de la ciudad y nos topamos con un cartel que rezaba:







Y como no, servidora, propuso la idea de asistir a ver la obra de teatro,( mi hermano por respuesta emitió un gruñido ) y a mis padres les pareció bien, así que compramos las entradas... ¡por fin Enola se sale con la suya ^^ !


Más o menos, ya me vais siguiendo, ¿no? Realmente, pese a haberme leído varios libros de "la reina del crimen", no conocía para nada "La ratonera" y mira que lleva ya representándose ininterrumpidamente 58 años, casi una vida, cualquiera diría...

El nombre de la representación gira en torno a una canción infantil inglesa, "The three blind mice" . En la obra, la canción queda ásí:

Un ratón,
Y otros dos
Los ves correr,
Ciegos los tres...

Definitivamente, en inglés suena más tenebre y eso, pero habrá que conformarse con esto. Y con esta canción comienza la función (me ha salido en prosa y todo).

Al primer día de inagurar la casa de huéspedes Monkswell Manor,la recién casada pareja Ralston, reciben a sus cuatro primeros huéspedes,y a un quinto que llega inesperadamente debido a la tormenta de nieve... Todos ellos parecen esconder un gran secreto; Christopher Wren un joven de unos 23 años quien parece estar un poco loco, la señora Boyle, mujer de mediana edad, criticona y quisquillosa, por lo que se gana la antipatía del público desde el principio, el Comandante Metcalf,un militar con actitud seria y autoritaria, la señorita Casewell, una joven con actitud tosca y un tanto masculina y el visitante sorpresa, el Señor Paravicini, que posee una personalidad algo extraña y le gusta asustar a la gente O.o.


Hasta ahí todo bien, dentro de lo que cabe, sin contar claro con que los huéspedes son un poquito raros, pero la pesadilla de todos comienza cuando el sargento Trotter,un joven oficial de policia llega a la mansión advertiendo que una mujer había muerto en el centro de Londres, y que junto al cuerpo, el asesino había dejado una nota donde estaba escrita la dirección Monskeweel Manor (junto con el pentagrama de la canción de Los tres ratones ciegos) y el acceso a la carretera está cortado por la nieve.







La historia, difinitivamente, no decepciona a nadie, y el final, desconcertante, como sabe hacerlo Agatha Christie, aunque cabe reseñar que no se llega a resolver todo, porque es una adaptación, claro está. Con respecto al elenco, no tengo queja ninguna, salvo que esperaba algo más de María Castro, que era una de las actrices más destacada de la obra, los demás, todos brillantes, y personalmente, me gustó bastante el papel de Guillermo Muñoz como Wren.





Así, que para todos los amantes del misterio la recomiendo, que entre tanto cine, hay que hacerle siempre un hueco al teatro, y más todavía si la obra lleva 58 años consecutivos representándose...

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